El vampiro avanza lentamente en la segunda noche desde que encontró a Teresa en el lago, sus ojos se enrojecen, su respiración se hace irregular y su cansancio se transforma en una miasma indeleble e invisible que le rodea permanentemente debido a su Sed, hace muchos días que su lengua no ha probado el éxtasis de color carmesí.
El estado de Teresa no es mucho mejor, se podría decir que ha estado en sus brazos la mayor parte de los días, ya que los descansos son poco corrientes y no tiene mucho que llevarse a la boca, podría haber cazado algo para ella pero el tiempo arremete contra ellos constantemente y no puede permitirse ni siquiera ese lujo, y eso hace que los ojos de Teresa se muestren horrorosamente apagados, con una mirada perdida en el vacío de los campos ondulados y pedregosos de Galgados que dificultan si cabe aún más el camino del antiguo señor de la sangre.
Tercer día, anochece y los ojos del vampiro se abren sobre el descampado a la intemperie, su cuerpo ya debilitado de por si se encuentra al borde de la extenuación, la Sed es agónica, su piel se ha vuelto llena de costras por culpa del Sol inagotable que le ha ido quemando desde hace días y sus fuerzas hace tiempo que le han abandonado teniendo únicamente su fuerza de voluntad, la mirada perdida de Teresa le observa tocando su cuerpo maltrecho de piel reseca y de color amarillento con sus débiles y diminutas manos como si tocara algo nuevo para ella, su rostro desprende melancolía y tristeza, tanto por ella como por la compasión que debe de tener al observar a Kazimir en un estado tan deplorable.
"Voy a morir..."
Es el único pensamiento que le alcanza a Kazimir, de seguir así en pleno día sin manera de cubrirse hará que no pueda ni llegar al torreon.
¿Debería de usar la sangre que aún le queda en el vial? le queda únicamente una única toma, de hacerlo ya se quedara sin más sangre, y tanto por su estado tan debilitado como por su "condición" es menos que aconsejable usar la de Teresa.
Hace días que no ve ningún tipo de animal a plena vista, solo ve rocas y piedras, guijarros y polvo, pedruscos y tierra seca, elevación tras pendiente, valle tras valle, lo único que ven los ojos del vampiro es un desierto abrasador de nada, tan solo piedras.
Sin embargo está tan solo a un día de llegar al torreón, ¿estará Beatriz esperándole?
Es el último día, ¿qué hacer?, ¿habrá algo que pueda ayudarle?
La condición de Teresa también empeora por momentos, su peso es el mismo que el de un saco de patatas, no parece siquiera consciente de su alrededor.
El estado de Teresa no es mucho mejor, se podría decir que ha estado en sus brazos la mayor parte de los días, ya que los descansos son poco corrientes y no tiene mucho que llevarse a la boca, podría haber cazado algo para ella pero el tiempo arremete contra ellos constantemente y no puede permitirse ni siquiera ese lujo, y eso hace que los ojos de Teresa se muestren horrorosamente apagados, con una mirada perdida en el vacío de los campos ondulados y pedregosos de Galgados que dificultan si cabe aún más el camino del antiguo señor de la sangre.
Tercer día, anochece y los ojos del vampiro se abren sobre el descampado a la intemperie, su cuerpo ya debilitado de por si se encuentra al borde de la extenuación, la Sed es agónica, su piel se ha vuelto llena de costras por culpa del Sol inagotable que le ha ido quemando desde hace días y sus fuerzas hace tiempo que le han abandonado teniendo únicamente su fuerza de voluntad, la mirada perdida de Teresa le observa tocando su cuerpo maltrecho de piel reseca y de color amarillento con sus débiles y diminutas manos como si tocara algo nuevo para ella, su rostro desprende melancolía y tristeza, tanto por ella como por la compasión que debe de tener al observar a Kazimir en un estado tan deplorable.
"Voy a morir..."
Es el único pensamiento que le alcanza a Kazimir, de seguir así en pleno día sin manera de cubrirse hará que no pueda ni llegar al torreon.
¿Debería de usar la sangre que aún le queda en el vial? le queda únicamente una única toma, de hacerlo ya se quedara sin más sangre, y tanto por su estado tan debilitado como por su "condición" es menos que aconsejable usar la de Teresa.
Hace días que no ve ningún tipo de animal a plena vista, solo ve rocas y piedras, guijarros y polvo, pedruscos y tierra seca, elevación tras pendiente, valle tras valle, lo único que ven los ojos del vampiro es un desierto abrasador de nada, tan solo piedras.
Sin embargo está tan solo a un día de llegar al torreón, ¿estará Beatriz esperándole?
Es el último día, ¿qué hacer?, ¿habrá algo que pueda ayudarle?
La condición de Teresa también empeora por momentos, su peso es el mismo que el de un saco de patatas, no parece siquiera consciente de su alrededor.